Doñana es una de las zonas del mundo "más sensibles a los efectos del cambio climático", toda vez que ha alertado que el patrón de lluvias "está cambiando"
El olivar tiene dos momentos principalmente críticos y en los que necesita agua para su producción: el de la floración en abril y el de maduración en septiembre
Aunque los municipios de alrededor de Doñana han experimentado una precipitación "algo mayor que la media", la situación es diferente dentro del Parque Nacional